Extrañaba todas las cosas malas y desagradables mas que las que una persona extrañaría.
Después de todo, es mi casa, cada cosa que la conforma es mía, mi desorden, mi intimidad.
Y lloré, y lloré y lloro y no puedo parar de llorar, y ya no se porque lloro, pero lloro.
Mis ojos son como una canilla abierta, no puedo parar. Lo pensé un poco y sonreí.
Un mes sin desahogarme así, al fin en casa.
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