Mi cerebro hoy siente que ya no hay necesidad de ser una calesita, porque en esta nunca hay sortijas, ni música de circo. Confío. Confío en vos, en vos y en vos. Confío en que todos saben lo que hacen, y en que si no lo saben, van a saber dárselas contra la pared, para así aprender, crecer, amar y sufrir como corresponde.
No se si me levante de buen humor o solo estoy cansada.
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